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Regeneración Relaciones Económicas Internacionales

Por: Prof. Luis Rafael Rodríguez, Ph.D. Catedrático Asociado


Otro Puerto Rico es posible, podría ser una consigna que redima una aspiración, un sueño, una utopía; pero también puede ser el título de un programa de acción que no iniciamos hoy, que está en marcha, y que parte del reconocimiento de nosotros mismos, de nuestra cultura, de nuestra identidad, de nuestra historia, de nuestras potencialidades, de nuestras creaciones. Puerto Rico es el resultado de una sucesión de invasiones y genocidios que instauraron a sangre y fuego el capitalismo, entendido no sólo como proyecto económico, sino como cultura de dominación. Un programa de acción posible para otro Puerto Rico, requiere comprender que el proyecto neoliberal pretende que avancemos en un tipo de fragmentación socioeconómica y política, tutelada por Estados Unidos. Frente a ese programa que nos fragmenta, urge rescatar colectivamente el sueño hostosiano de Nuestra Patria. Puerto Rico es una Nación con historia, con memoria, las lecciones que nacen de las gestas emancipadoras, no son parte de un pasado a glorificar, sino de un presente a construir: la unidad de Puerto Rico soberano. Unidad como proyecto antiimperialista, que a su vez reconozca la diversidad de historias, de experiencias y de identidades que la habitan.


La soberanía es uno de los elementos más representativos del poder del Estado, y es el pueblo, tan mencionado en los ordenamientos jurídicos quien lo detenta y ejerce por medio de los órganos destinados para tal fin. La soberanía es el derecho que tiene el pueblo a elegir a sus gobernantes, sus leyes y a que le sea respetado su territorio. Según esto, habría que considerar que el derecho se tiene frente a alguien y porque alguien lo concede; en consecuencia, habría que convenir que la soberanía, más que un derecho, es el poder. No hay soberanía sin unidad nacional. Es necesario que todo el país esté relacionado en lo económico, en lo político, en lo ideológico. Los cambios necesarios para configurar un país soberano, con dosis adecuadas de libertad, justicia y racionalidad, son imposibles de realizar mientras los dueños del país sigan siendo los intereses extranjeros; tanto políticos como económicos. Es el momento de crear una empresa nacional robusta que sea dueña de la infraestructura, que determine la forma de operación del sistema y que sea el vector promotor del crecimiento y desarrollo económico, que tanto necesita el país. Un país soberano debe ser capaz de adoptar decisiones de acuerdo con su interés nacional sin estar sometido a potencias extranjeras. La interdependencia y la globalización económica son la orden del día, los países que mejor se insertan son aquellos que disponen de un margen de maniobra propio y autónomo.


Ahora, en que las posibilidades de interrelación entre los actores interesados en incrementar su bienestar está evolucionando en un proceso de aceleración y expansión progresivo, cobra especial validez el concepto que asegura que la relación existente entre la economía y la política, es recíproca: por una parte, la política determina la estructura de la actividad económica y la canaliza según su poder; por otra, el proceso económico redistribuye la riqueza y el poder; o sea, transforma el poder tanto en forma nacional como internacional. De este modo la política, al determinar principalmente la estructura de la actividad económica, canalizándola en diferentes direcciones con el fin de satisfacer los intereses de los grupos dominantes, hace que el ejercicio del poder, en todas sus formas, sea un factor determinante en la naturaleza del sistema económico. Asimismo, el proceso económico tiende a redistribuir el poder y los bienes por sí mismo; es decir, transforma las relaciones de poder entre los grupos, lo cual lleva a una transformación del sistema político, dando lugar a una nueva estructura de relaciones económicas. De este modo, la dinámica de las relaciones internacionales en el mundo actual, corresponde, en gran medida, a la función de la interacción recíproca que existe entre la economía y la política.


Existen diferentes posiciones en el significado de la Economía Política y que entregan perspectivas diferenciadas en su relación causa efecto que afectan a las Relaciones Internacionales. Hay quienes afirman que la economía y la política son métodos diferentes para la asignación de recursos escasos: el primero lo ejecuta a través de un mecanismo de mercado y el segundo por medio de un presupuesto. Otros indican que ambas representan niveles diferenciados: la estructura política establecer un orden de relaciones, mientras que la economía da énfasis al comportamiento distributivo. Sin embargo, estas diferencias son por naturaleza de orden analítico que separan la economía como ciencia de la riqueza y a la política como ciencia del poder; siendo lo que realmente nos interesa, la relación entre riqueza y poder, las que en el mundo real se encuentran finalmente unidas. Es por esto que debemos revisar algunas perspectivas, a través de las cuales se instaura, el tema de las relaciones internacionales e ideologías de economía política, que han condicionado el comportamiento de los actores internacionales en las relaciones comerciales transnacionales. Esto, nos será de gran utilidad para el análisis del comportamiento de los Estados, Organizaciones y Grupos, y nos ayudará a visualizar los objetivos hacia los que estos actores se dirigen, y las bases conceptuales a través de las cuales sustentan su comportamiento hacia los otros en materias de relaciones económicas, y en lo profundo, de su política de relaciones exteriores, ya que estará, en mayor o menor medida, condicionada por la primera.


Las Relaciones Internacionales son el conjunto de las relaciones políticas, diplomáticas, militares, económicas, comerciales, culturales, geopolíticas, educativas, deportivas, entre otras, a cargo del Estado y de los agentes económicos y sociales como unidades domésticas, de las corporaciones privadas, las compañías multinacionales y las entidades multilaterales. Las relaciones internacionales tienen un núcleo de componentes jurídicos, políticos y económicos, así como diplomáticos, sociales y culturales, e incluso deben contemplarse los elementos de carácter religioso e ideológico. No obstante, persiste en gran medida la confusión entre relaciones económicas internacionales, relaciones internacionales, economía internacional, internacionalización, negocios internacionales y comercio internacional. Durante los últimos años, el concepto de relaciones internacionales sea correlacionado con el tema de la integración. En realidad, los estudios económicos sobre la economía nacional incorporan cada vez más las variables internacionales, razón por la cual lo específicamente internacional se concentra en aquellos asuntos en los que las negociaciones internacionales tienen un papel importante. La integración económica internacional entonces es el proceso mediante el cual varios Estados soberanos acuerdan voluntariamente poner en práctica una serie de medidas encaminadas a intensificar sus relaciones económicas. Existen diferentes grados de integración económica, que van desde la mera existencia de relaciones comerciales normales entre naciones independientes hasta la completa unificación de sus economías.


La globalización es la creación de un mercado mundial por el cual dos o más Estados unifican sus mercados, sociedades, culturas económicas y tecnologías a través de una serie de transformaciones políticas que les dan un carácter global, con unos objetivos; que circulen libremente los capitales financieros, comercial y productivo para que así pueda ver un solo mercado mundial. La integración económica consiste en eliminar, de manera progresiva, las fronteras económicas entre los países con el propósito de alcanzar beneficios mutuos a través de la eliminación de los derechos arancelarios y las restricciones de todo orden a las importaciones de productos originarios de sus respectivos territorios y así lograr la ampliación del espacio económico entre países que tenían mercados separados, para constituir un solo mercado de dimensiones amplias. Para adelantar la integración económica es imprescindible desarrollar acuerdos preferenciales, zonas de libre comercio, unión aduanera, mercado común, mercado único, unión monetaria y unión económica plena.


  • La unión económica es la unificación de las legislaciones nacionales que inciden directa o indirectamente en el sistema económico. Requiere también la coordinación, bajo la protección de una autoridad común, de las políticas económicas, financieras y monetarias de los Estados miembros.

  • La unión monetaria es la implantación de cambios fijos y convertibilidad obligatoria de las monedas nacionales para impedir que los Estados miembros modifiquen unilateralmente las condiciones de cambio para alterar el valor de sus monedas.

  • La unión aduanera es una zona de librecambio dotada de un arancel externo común. Esta prevé no solamente la eliminación de las barreras arancelarias entre los países miembros, sino también la creación de una tarifa arancelaria externa común sobre importaciones provenientes de los llamados terceros Estados.

  • Los acuerdos preferenciales se caracterizan por asegurar solamente a los países involucrados preferencias tarifarias. Esto es, los derechos de importación cobrados entre los países miembros son inferiores a los cobrados a terceros países.

  • El mercado común representa un grado más avanzado de integración, de libre circulación de bienes y servicios, la libre circulación de los factores de la producción, y libre circulación de personas.

  • Las áreas de libre comercio o zona de libre comercio eliminan en esta etapa las barreras arancelarias y no arancelarias que afectan el comercio de los países miembros. Es un área geográfica conformada por dos o más países en el cual se permite la libre circulación de bienes y servicios.


Luego de analizar las oportunidades y retos del mercadeo internacional frente a la globalización y la integración económica; y aunque los procesos de integración y globalización son distintos por el ámbito geográfico al cual hacen referencia, también no es menos cierto que ambos presentan fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Es importante mencionar que para que las ventajas descritas anteriormente se puedan materializar, nos debemos encontrar frente a esquemas de integración positivos, entendiendo por éstos, aquellos donde el comercio exterior de los países se encuentra dentro de los miembros del esquema, que exista armonización de políticas macroeconómicas y donde se dé un comercio leal entre los miembros. En lo referente a los aspectos negativos de la integración, los principales son los que se derivan de la desigual incidencia sobre sectores productivos y grupos, así como los ajustes, costosos y a menudo dolorosos, que la reordenación del aparato productivo puede originar en cada caso. En este sentido, la magnitud y distribución de estos ajustes costosos dependerán críticamente de las condiciones de flexibilidad de cada economía en particular. Los beneficios de un proceso de integración pueden verse seriamente disminuidos si no existe la suficiente respuesta de los flujos de inversión y producción ante las nuevas condiciones económicas determinadas por la liberalización comercial. Otro de los aspectos negativos o desventajas de la integración, es la adopción de estrategias muy agresivas, así como también, la no celebración de acuerdos de comercios lo cual podría implicar un importante costo de exclusión; ya que dicho costo conduciría a un deterioro de los términos de intercambio del país del cual se trate, y así puede verse disminuido el poder de negociación de dicho país con el resto del mundo.

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